El Sereno
Autor: Joel Alejandro Arellano Torres
Autor multimedia: Especial
Desde el pasado 11 de Julio del presente año, tras sufrir una cornada del toro “Lorenzo”, que le privó de la vida en una corrida de la plaza de Teruel en la provincia de Aragón, España; El alma del torero de 29 años de edad, Víctor Barrio, no ha descansado, ya que las redes sociales han servido para difundir el lamentable deceso, como para transmitir insultos hacia su memoria.
Quizás por la globalización de las redes sociales, fue inmediato ver la imagen del diestro corneado por el toro de la Ganadería de Los Maños, quien por su instinto de raza de Lidia, aprovechó, según dicen los expertos, el descoloque de la muleta provocado por el viento, dejando expuesto al torero frente al animal, quien lo corneó en el pecho provocándole su muerte.
Lamentable es el hecho de que varias personas, jactándose de ser “antitaurino” o defensor de los animales, descargaron tanto odio, “maltrato verbal” y celebraron esta muerte como un logro propio, a pesar de su repudio hacia la Fiesta Brava, pero olvidando que se trata de un ser vivo que habita el planeta, contradiciendo a la causa que pregonan.
Tras el suceso, en varios “tuits”, se observaron muestras de apoyo hacia los familiares de Víctor Barrio, en especial a su esposa y madre, sin embargo, se dejaron ver insultos y vejaciones, como la del profesor valenciano Vicent Belenguer Santos, quien posteó en su cuenta de Twitter: “Yo que soy un ciudadano muy educado, hasta el punto de ser maestro, me alegro mucho de su muerte, lo único que lamento es que de la misma cornada no hayan muerto los hijos de puta que lo engendraron y toda su parentela…”
A pesar que después desapareció el texto y Beleguer Santos argumentó que su cuenta había sido “hackeada”, fue acreedor a una denuncia penal ante la Policía Nacional Española, por parte de los familiares del matador y la Asociación Española Toro de Lidia, quien con el apoyo de más de 200 mil seguidores, busca un castigo, incluso la destitución del docente para que pueda ejercer su actividad. ¿Será esto injusto?
La muerte de Víctor Barrio, hecho que no se registraba de manera similar desde 1985, cuando José Cubero Sánchez “Yiyo”, perdió la vida en un ruedo, sirvió como un aditivo para encender el odio de los cibernautas en las redes sociales, entre ellos algunos paisanos mexicanos, ya que también uno que otro celebró este hecho y se unió a este repudio, con argumentos en contra del maltrato y la tortura hacia los animales.
Sin llegar a insultar a las personas que no apoyen la fiesta brava, ni coartar la libertad de expresión que todo ser humano tiene por naturaleza, considero que debemos ser responsables de nuestros actos al momento de emitir algún comentario o postura donde esté involucrada la muerte de una persona, principalmente en aquellas que su único fin es el de realizar una actividad con pasión y entrega, así como también basados en una regla.
MEÑO (Coyote en Mazahua)
El pasado 12 de Julio, se informó en los medios de comunicación que una unidad de la Banda El Recodo fue baleada cuando transitaba en los límites de Michoacán y Guanajuato. Los primeros detalles fueron difundidos, a través de las redes sociales, incluso por la Secretaría de Seguridad Pública de Michoacán:
“El asalto al camión de ‪@ElRecodoOficial placas 197DV7, fue en el KM 90 de la carretera Guanajuato-Pénjamo alrededor de las 3:00 horas (1/2)”
“En el hecho, resultó herido el chofer Arturo Aguirre, quien se encuentra en el Hospital General de Pénjamo. (2/2)”
Sin embargo, ese mismo día en las redes sociales de la Banda El Recodo se publicó lo siguiente: “No hagan caso a lo que sale en redes sociales, aquí les dejo el comunicado de prensa de ‪@elrecodooficial”.
“A todas nuestras familias, fans y amigos de los medios de comunicación, en agradecimiento a su preocupación queremos hacer de su conocimiento que la información que el día de hoy esta siendo publicado, a través de las redes sociales, respecto a que nuestra integridad física y material se vio afectada a causa de actos violentos, es falsa y exagerada; efectivamente una de nuestras unidades en que transportamos equipo (aclarando que no fue el autobús que transportaba a los músicos), sufrió un intento de asalto, sin embargo no llegó a efectuarse gracias a las maniobras de nuestro compañero operador, quien aunque si alcanzó a recibir un “rozón” de una bala, sólo terminó en una herida leve sin más cuidado”.
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