Columna “Claroscuro”

Autor: M.D.I. Virginia Ayala de la Mora

Es cada vez más preocupante la manera en la que difundimos cualquier cosa en redes sociales, sin detenernos a evaluar la cantidad de transgresiones que cometemos. Toda vez que la información que recibimos no está sujeta a una cabal verificación o a un análisis previo de las consecuencias que pueden originarse por esta gran irresponsabilidad social.

Irresponsabilidad que atañe no sólo al sujeto universal, refiero así al “ciudadano de a pie, común y corriente”, del derecho de la información, también y principalmente, al sujeto cualificado, identificado como aquel profesional de la información y al sujeto organizado, mismo que constituye a todas aquellas empresas que se encargan de difundir la información.

Estamos acostumbrados a consumir lo que “más se vende”, sin importar si en el trayecto resultan uno o más afectados. Exigimos la transparencia y rendición de cuentas del actuar de los gobernantes, sin tener siquiera la capacidad de discernir entre el tumulto de información que nos bombardea.

Día a día pueden leerse un sinnúmero de quejas respecto del gobierno, ya sea estatal o federal, sin embargo se queda sólo en eso: quejas. ¿Será que realmente la situación actual de nuestro país es cien por ciento responsabilidad del Estado?

La creación de órganos reguladores en materia jurídico-informativa, muestran un aparente interés de promover, proteger y garantizar el derecho de acceso a la información, sin embargo, mientras los individuos que conformamos esta sociedad no nos apropiemos de este, no se llevará a cabo su pleno ejercicio. Será necesaria una difusión más oportuna y tangible del derecho a la información para que pueda generarse una apropiación social del mismo, lo que conllevará al pleno ejercicio de sus tres facultades: recibir, buscar y difundir información.

En la última semana, el lamentable incidente ocurrido en una institución educativa del Norte del país ha recorrido y encabezado los principales titulares de los diversos medios de comunicación. Videos y fotografías, altamente explícitos, de aquel infortunio han recorrido el mundo multimedia, estos muestran el descontento de unos cuantos respecto de la difusión de dichas imágenes, pero también la aprobación de otros tantos con el argumento de que como miembros de esta sociedad, tenemos derecho a estar informados y a saber la verdad. Sin embargo, desde la perspectiva legal la filtración de este material viola, principalmente, el derecho de los menores a proteger su intimidad.

Este caso, se añade a la larga lista de “situaciones” no resueltas por el Estado. El despertar de nuestra sociedad, cada vez más evidente, muestra la abierta exigencia de cuentas claras hacia el grupo en el poder. Los comentarios volcados en redes sociales respecto a lo ocurrido en Monterrey, no hacen más que rememorar una vasta lista de acontecimientos que, a los ojos de la sociedad, no se han resuelto.

Una y otra vez el cuestionamiento sobre el caso de “los 43”, “el gasolinazo”, “agresiones contra periodistas”, saltan en las líneas escritas por los ciudadanos que exigen justicia. Del mismo modo, la incógnita constante sobre el uso desmedido de recursos públicos para beneficio de los gobernantes, tiñen las voces cada vez más potentes del pueblo.

Nos encontramos inmersos ya en la Sociedad de la Información y del Conocimiento, la incursión de las tecnologías que nos permiten obtener información de cualquier parte del mundo pudiera verse como un arma de doble filo. El flujo de información que obtienen los individuos resulta avasallante por lo que es indispensable contar con una alfabetización mediática informacional, que no sólo nos permita hacer uso de las tecnologías de información y comunicación sino que también explote las capacidades para llevar a cabo una adecuada selección y búsqueda de información.

Esto con la intención de generar una conciencia crítica de todos aquellos que conformamos la sociedad mexicana, la clave será el dirigir esfuerzos y recursos hacía el ámbito educativo, pues como bien señaló el pionero en materia de Derecho de la Información José María Desantes Guanter: “Las deficiencias en la información, (…), presuponen unos vacíos en la formación. La ignorancia es el peor de los males que afectan al hombre y a la gente”.

Columna “Claroscuro”

Autor: Redacción

Autor multimedia: Especial