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Columna (Chacaleo) La Falta de Imaginación para Gobernar

No entiendo cómo, en las condiciones del Michoacán de hoy, del Michoacán quebrado y gobernado desde Los Pinos vía Bucareli (Segob)

La Falta de Imaginación para Gobernar

--Tenencia Vehicular el Impuesto más odiado por los Michoacanos

---Policías Despedidos y la Furia Contenida

---Purépero y Ciudad Hidalgo, el inicio de una Cadena de Protestas

Todos los Estados bien gobernados y todos los príncipes inteligentes han tenido cuidado de no reducir a la nobleza a la desesperación, ni al pueblo al descontento”. Maquiavelo.



No entiendo cómo, en las condiciones del Michoacán de hoy, del Michoacán quebrado y gobernado desde Los Pinos vía Bucareli (Segob) y Reforma (PGR), se les ocurre reactivar el impuesto de la tenencia vehicular, bajo el argumento de que solo impacta en quienes tienen poder adquisitivo porque aplicará para autos nuevos y/o de lujo.

Quienes tomaron la decisión de revivir a un muerto sepultado con mucho gusto por la sociedad michoacana, olvidaron o de plano se pasaron por el arco del triunfo, el dato de que quienes venden autos en las agencias automotrices ganan por comisión y sin duda serán los más afectados con la propuesta ya enviada al Congreso del Estado; tampoco tomaron cuenta que el pago de la tenencia vehicular, por sí solo, inhibe la compra de unidades nuevas y fomenta la compra de “chocolates” como se conoce a los autos chatarra importados de los Estados Unidos.

El Artículo 1º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos prohíbe la discriminación, por tanto lo que pretende la administración estatal al imponer de nueva cuenta el pago por tener un vehículo nuevo o caro, discrimina a un sector de la sociedad; las leyes deben ser parejas, en este caso lo justo será dejar enterrado ese pago; lo que van a recaudar con el impuesto de la tenencia vehicular no resuelve el problema económico de Michoacán y en cambio afecta la economía de miles y miles.

Los gobiernos que pretenden resolver todo con impuestos, no solo compran enemigos, también adolecen de una falta de imaginación propia de personas insensibles, incapaces de buscar alternativas para no dañar el bolsillo de los michoacanos.

Se supone que el gobierno federal decidió colocar a los mejores administradores en la Secretaría de Finanzas de Michoacán; personas con maestrías, doctorados, toda clase de cursos y capacitación; pero resulta que son buenos solo para recaudar, las ideas no les fluyen para generar nuevas alternativas de solución al más grave problema financiero en la historia de Michoacán; lo más fácil es apretar el cinturón de quienes menos posibilidades tienen.

Ex policías furiosos…

A propósito de la falta de imaginación, cientos de policías estatales y ministeriales fueron echados a la calle sin mayores expectativas de encontrar un nuevo empleo; la mayoría de los despedidos eran policías de a pié con 15, 20 y hasta 30 años de servicio; conozco de al menos dos agentes con mucha antigüedad que murieron de tristeza, su familia no quiso hacer públicos los decesos por la pena y las pocas esperanzas de justicia.

El pretexto para correr a los policías ha sido el examen de control de confianza, ese es también el argumento legal; pero los manos en la Secretaría de Seguridad Pública no se dan cuenta del grave daño que causan a un ser humano: los perjuicios a las familias de los despedidos son irreversibles.

La realidad es que el policía de a pié no pacta con el crimen organizado, tampoco se colude con la bandas de ladrones; la mayoría de los policías despedidos están libres porque no cometieron delito alguno, los dieron de baja porque no son “confiables”; pero la realidad es que quienes acuerdan con bandidos y traficantes son los altos mandos, está demostrado.

Por eso insisto en que los funcionarios de la SSP y la PGJE se fueron por la más fácil: despedir a diestra y siniestra; no tomaron en cuenta ni antigüedad ni analizaron el entorno familiar de cada uno de los despedidos; les faltó imaginación o de plano les ganaron los compromisos y la ambición de poder.

Purépero y Ciudad Hidalgo, las primeras muestras de inconformidad

Llama la atención que la primera reacción de las autoridades en materia de seguridad pública para los casos de Ciudad Hidalgo y Purépero, sea la justificación de que quienes dispararon contra adolescentes en el primer caso y contra manifestantes en el segundo, no son “policías del Mando Unificado”, como si lo importante fuera deslindarse de responsabilidad alguna.

En los dos casos hubo uso injustificado de armas de fuego, también está presente el abuso de autoridad; en ambos casos hay policías presuntos responsables detenidos, pero no hay un mea culpa de quienes son los principales responsables de la seguridad ciudadana en Michoacán; es muy sencillo apadrinar las “buenas acciones” y eludir el compromiso que les toca por las malas acciones de sus elementos.

Lo ocurrido en Ciudad Hidalgo y Purépero no debe tomarse como hechos aislados o de coyuntura; es necesario hacer un diagnóstico serio ya toda costa tomar medidas para evitar un estallido social que sin dudad está cerca; a nadie conviene una revuelta social en Michoacán, pero el hartazgo es evidente.

No se debe olvidar que las revueltas populares son producto de los malos gobiernos y las malas decisiones de quienes gobiernan.
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