Robo de combustible línea de fosas clandestinas: PGJEEl procurador de Justicia de Michoacán, José Martín Godoy Castro, indicó que de los 8 cuerpos ya fue entregado uno, a una familia
Autor multimedia: Especial
El procurador de Justicia de Michoacán, José Martín Godoy Castro, indicó que de los 8 cuerpos ya fue entregado uno, a una familia
Morelia, Mich.- El robo de combustible es una de las líneas más sólidas que investiga la Procuraduría General de Justicia de Michoacán, respecto al caso de las dos fosas clandestinas localizadas en el municipio de Tarímbaro, donde fueron enterradas 8 personas de forma ilegal y encontradas el pasado 25 de abril.
“Nosotros traemos información que bien pudiera estar correlacionado con robo de combustible, por lo que hasta ahorita ha surgido, hay comunidades que están muy cercanas a Guanajuato es la problemática que existe en este tema y es la línea de investigación que traen los compañeros”, dijo José Martín Godoy Castro, procurador de Justicia de Michoacán.
El procurador de Justicia de Michoacán, José Martín Godoy Castro, indicó que de los 8 cuerpos ya fue entregado uno, a una familia de Guanajuato, pero el resto permanecen en el Servicio Médico Forense de la Procuraduría porque aún no terminan los estudios genéticos para identificarlos, “tengo conocimiento que fue entregado uno, reconocido uno, una persona originaria de Guanajuato, y todavía está pendiente la identificación de los demás”.
Confirmó que de los 8 cuerpos encontrados en las dos fosas clandestinas se conoce que una de las víctimas es del sexo femenino y no cinco, como se había mencionado desde que se localizaron los restos humanos, “no, no, no, tengo conocimiento que una sí es del sexo femenino, pero no en número que me indicas”, aseguró en entrevista el procurador de Justicia de Michoacán.
Según la Procuraduría General de Justicia los cuerpos encontrados en las fosas fueron enterrados en distintos tiempos, Pedro Gutiérrez Gutiérrez, coordinador general de Servicios Periciales de la PGJE, indicó que los cadáveres fueron enterrados con distintas fechas al momento de su localización, desde 3 o 4 semanas hasta 6 meses, porque algunos de los cadáveres ya solo eran osamentas.