Juego de Pelota Encendida, una tradición purépecha viva Cada jugador, los dos equipos y la cancha representan la dualidad en el universo, el bien y el mal.
Autor multimedia: César Carbajal
Cada jugador, los dos equipos y la cancha representan la dualidad en el universo, el bien y el mal.
La tradición milenaria del pueblo purépecha que representa el Juego de Pelota Encendida se mantiene viva en Morelia a través de la asociación civil Kutzi Ka Jurhiata que desde hace más de una década enseña a niños, jóvenes y adultos está actividad que tiene un entorno de cosmovisión.
"La cultura purépecha lo juega, las comunidades indígenas lo continúan haciendo dentro de sus usos y costumbres y nosotros pues procuramos mantener esa tradición del juego, por eso es que se hace este encuentro".
Cada jugador, los dos equipos y la cancha representan la dualidad en el universo, el bien y el mal, el día y la noche, recordó Verónica Bedolla, maestra del Juego de Pelota Encendida.
"Está muy impregnado de la cosmovisión del pueblo purépecha porque el jugador es la estrella y cada uno de los niños representa esa luz, se juega también con la representación de Nana Kutzi y Tata Jurhiata, dependiendo si es en el día es la Luna y si es de noche es el Sol y los jóvenes, los niños representan esta lucha de la dualidad constante del universo".
El juego es una actividad incluyente que es practicada por personas con sobrepeso o alguna discapacidad, y la cual está guardada en la memoria de las personas al entenderse y adentrarse de manera inmediata en la competencia.
"Es incluyente, tiene la habilidad de que puede un niño pequeño jugar con su bastón al tú por tú con un joven. Es increíble que tenemos una memoria ancestral y un niño, un pequeño, casi inmediatamente como que reconoce la actividad y la retoma de manera inmediata".
Ricardo García de 16 años y quien desde hace 5 inició con la práctica del juego, aceptó sí llegan a lastimarse en pocas ocasiones y al estar dentro menores de edad, se tiene el cuidado de que no se dañen demás.
"De palazos sí nadie se salva, nadie se salva de los palazos, la pelota de fuego no te pasa nada, no pasa que te dé una depilación de piernas o que te depile los brazos, no te llega a quemar a menos de que se te quede mucho tiempo el fuego pegado. Tratamos de hacer que jueguen lo más tranquilo porque todavía no tienen experiencia, todavía no controlan bien, todavía no ubican bien lo que tienen que ver las faltas en el juego".
El joven aceptó su interés por el hockey y al ser similar, decidió entrar a practicarlo, momento en el que comprendió, el uarhukua enseña también valores, respeto, honestidad y lealtad.
"Está parecido al hockey, ya hasta que me empecé a meter más ya hasta que empecé a estudiar más, un poco acerca del tema y dije esto es lo mío. Forja carácter en la persona ya que bueno, te enseña más que nada valores uno no tiene árbitro , uno tiene que ser su propio árbitro ya cuando tiene algo de experiencia".
Verónica Bedolla recordó que el Uarhukua es el deporte autóctono más jugado en México, y Michoacán se encuentra abocado a recuperar con más fuerza esta actividad que ya es conocido por las nuevas generaciones.