El Palacio del Arte se convirtió en Coliseo ante la presencia de las máximas figuras del pancracio mexicano...
Por: Vladimir Govea
El Palacio del Arte se convirtió en Coliseo ante la presencia de las máximas figuras del pancracio mexicano, que enfrentaron a gladiadores del extranjero. México contra el Mundo, así lo anunciaban las pintas que publicitaron el evento.
Luego de un par de años de ausencia, el deporte espectáculo regresó a la capital Michoacana. “Que Viva El Rey”, comenzó con la voz inconfundible de Leo Riaño, que animó la función al más puro estilo que le caracteriza ante los micrófonos del pancracio.
Las luces se apagan y la música resonaba en los parlantes, la oscuridad se hacía presente cuando aparecían en el pasillo de las estrellas los representantes de la Black Family, Dark Escoria y Dark Espíritu, en la esquina de la bondad aparecían Speedball y Mr. X.
El público moreliano se entregó desde el primer silbatazo que marcaba el inicio de la función. Los técnicos sacaban del ring a los sectarios para impactarlos con un vuelo coordinado. Escoria mostraba el llaveo que lo ha caracterizado y trataba de imponerse a un joven Speeball que con patadas de pistón arremetió para escalar el esquinero, tomando vuelo para castigar la humanidad que caía rendido al conteo de las 3 palmadas.
Pese a que la función comenzó con casi media hora de retraso, arrancó de manera fenomenal.
La segunda lucha de relevos increíbles hacia presencia presentando a la tercia ruda compuesta por Mini Charly Manson, Mamba y Sexy Lady que enfrentarían al campeón Triple A de categoría Mini, Dinastía, que completaba la terna con la ex-Diva Mickie James y la sensacional exótica Pimpinela Escarlata, que fiel a su estilo rompió corazones entre los asistentes de las primeras filas.
Lances espectaculares de Dinastía y James fueron la combinación perfecta para dejar el camino libre a “La Pimpi” que con una huracarrana dejaría fuera de combate a Mamba, dándole una segunda victoria al bando técnico.
La lluvia de estrellas internacionales continuo haciéndose presente con la aparición del nipón Sonja, Willie Mack y El Zorro, en la esquina opuesta Super Nova, Australian Suicide y Bengala darían el toque aéreo a la noche.
El tonelaje de un experimentado Willie Mack daría pronto el dominio del combate a los rudos, aunque los vuelos y la juventud del australiano contrarrestaba la lucha pesada del afroamericano, haciendo la diferencia a favor de los técnicos, cuando Suicide fulminaría al representante del imperio del sol naciente con un mortal hacia el frente que dejaría tendido al rival para escuchar el conteo del Internacional Piero.
Mack y el resto de los internacionales abandonaban el cuadrilátero bajo el cariño del público, a quienes respondieron con autógrafos y fotografías.
Riaño se paró en medio del cuadrilátero cuando el coliseo se convirtió en la perrera municipal al sonar las notas de los Perros del Mal en la bocina.
Aparecía entonces Nicho “Psicosis”, que completaría el relevo con Magnus y el Internacional Chavo Guerrero, en lucha de relevos australianos aparecían como rivales el orgullo de Triple A, Fenix, el independiente Dos Caras Jr. Y el novato Garza Jr.
Chavo, Magnus y Psicosis encendieron la gallera con las clásicas mentadas de madre para los aficionados.
El fortachón Dos Caras, hacia girar con un reguilete a Chavo para sacarlo del rombo de batalla. Garza Jr con sus toques de galantería hacía gritar a las féminas, sin embargo en cuestión luchistica aún le pesa el nombre. Poco tardo Nicho en utilizar su especialidad, dando el toque extremo a la función cuando con una silla impacto al heredero de la dinastía máscaras.
En una función donde el respetable se mostró técnico, el coreo a Chavo resonó tras la victoria de los rudísimos.
La lucha estelar se anunció, Matt Cross, Drew Galloway y el ex-WWE Brodus surgieron acompañados por el líder de la legión extranjera Konnan. La afición esperaba el platillo fuerte y exploto cuando las leyendas Blue Demon Jr y Dr Wagner Jr fueron anunciados.
Todo quedó en silencio, para que después el Palacio del Arte se convirtiera en un volcán en erupción al aparecer detrás de la pantalla, la súper estrella internacional, el Amo del 619 Rey Mysterio Jr.
Con los combatientes sobre el ring, Konnan lanzó el famoso “arriba cuba” que sería contestado por el Galeno del Mal, Dr Wagner. Los rudos madrugaron a los científicos y tomaron la batuta de la contienda que tenía como árbitro a Fernando Landa “El Hijo del Tirantes”. El maestro “Manotas”, se lanzó sobre Cross aplicando un lance para que ambos abandonaran el cuadrilátero. Wagner ingreso al cuadrilátero e hizo lo suyo, para luego cederle con la Wagner señal, el relevo a Rey, que impactaba Drew Gallowey anunciando el 619, la gente se ponía de pie, pero el gigante Brodus detuvo el ataque. Brodus se cansó de lastimar a un Rey Mysterio, que era arropado por los fanáticos más pequeños. En el palco se escuchaba la voz angustiada de un pequeño “ya déjenlo” decía, mientras que otro reviraba “chinga tu madre, pinche panzón”.
Mysterio se safaba de la afrenta y daba relevo para que Wagner se despojara de los tirantes para castigar al europeo Drew Gallowey, luego retornaba el favor a Mysterio. Una vez más Gallowey se encontraba entre segunda y tercera, Mysterio inicia la carrera, la gente enloquecida y de píe, el 619 finalmente encontraba destino, la humanidad del extranjero que a duras penas intentaba mantener la vertical. Mysterio se crecía al castigo, toma segunda, luego tercera, la pista despejada y la plancha dejaba de cara a las lámparas al rudo. 1,2,3, y como diría Riaño, autos, moda y por supuesto que llegaba el Rock And Roll. Landa alzaba las manos, los técnicos campeones y el público un completo manicomio.
Que Viva el Rey, se convirtió en el evento deportivo del año, pese a que presento ausencias y sustituciones en todo el cartel, los aficionados, fueron los ganadores en esta noche mágica en el Palacio del Arte.
Mysterio, tomó el micrófono y agradeció como pocos a los aficionados. Un verdadero ídolo, que chocó cabezas con los niños, firmó autógrafos y salió de la arena en brazos de los aficionados que corearon a todas voces el nombre de la leyenda Rey Mysterio Jr.