En Michoacán la práctica de suplantar a la autoridad en una constante de los poderes fácticos.
Lo hicieron cárteles del narcotráfico. Sindicatos de maestros tomaron el control de la Educación Pública. Normalistas dominan sus escuelas y ahora transportistas son cazadores de taxis agremiados a Uber.
Hoy los transportistas morelianos se convierten, de facto, en inspectores de la Comisión Coordinadora de Transportes, Cocotra, persiguen a sus competidores, los rodean y luego se los entregan a las autoridades del sector.
No hay justificación alguna para impedir el libre tránsito a vehículos de Uber. Si hay alguna ilegalidad, en cuanto a la prestación de un servicio se refiere, debe ser la autoridad quien haga cumplir la ley.
Y si de cumplir la ley se trata, los “taxistas cazadores” deberían ser puestos a disposición del Ministerio Público porque sus actos son a todas luces ilegales.
La suplantación de la autoridad no ha dejado buenos dividendos a Michoacán.
Ya pasó con los grupos de autodefensa. Los principales integrantes de aquellos civiles armados, antes fueron miembros del crimen organizado y ahora, ya de vuelta en las filas de los criminales, protagonizan una lucha sangrienta en algunas regiones de Michoacán.