Gato Sordo, más que un café

Morelia, Mich., 03 de enero de 2018.- Gato Sordo es considerada una cafetería para personas sordas, la primera y única en Morelia, pero a su dueña, Magdalena Vargas, le gusta más que sea visto como un establecimiento donde todo tipo de personas pueden acudir, sin importar si se comunican a señas o mediante el habla.

Su proyecto de negocio surgió de la necesidad de incluir a este sector de la sociedad que muchas veces es dejado de lado; el ayudar a los demás es parte importante de su vida, “lo que tratamos es de hacer conciencia a las personas en general que no tienen que porque abrirse un tipo de lugar así, sino que todos los establecimientos deberían de contar con una persona que supiera lengua de señas para poder atender a las personas todos somos por igual”, dijo Magdalena Vargas García, dueña de la cafetería Gato Sordo.

Aquí además de disfrutar un café saben que podrán tener con quien conversar, porque Daniel, el joven que atiende se comunica con la lengua de señas; es sordo desde nacimiento y por cuestiones económicas sus padres no pudieron enviarlo a una escuela especial.

Ahora que trabaja y se desarrolla se siente feliz porque contribuye en la economía familiar, “me siento bien en el trabajo, es importante limpiar todo, me siento muy feliz con los sordos y que algunas personas que no sepan lengua de señas que no saben qué hacer y a veces les muestro”, dijo a señas el joven de 25 años.

A través de menús ilustrativos y botones que activan un reloj, Dani se da cuenta que lo necesitan en las mesas, en las cuales hay también un manual con las señas para pedir lo más utilizado en una cafetería o simplemente decirle gracias o por favor, Alberto Saavedra, cliente de Gato Sordo, piensa que “se prejuzga por el hecho de tener cierta condición ya no son aptas, creo que lo hacen mejor que muchos meseros que hemos visto en otros bares o cafés entonces es atención personalizada…yo lo implementaría en todos los bares y cafés del país”.

A Gato Sordo acude todo tipo de clientes, no solo sordos, les gusta la tranquilidad que brinda el lugar, donde hay libros y talleres para quien guste aprender más sobre el lenguaje de señas pueda hacerlo, incluso la música que se escucha se puede cantar con señas, “se me hace interesante la forma también de hablar aquí, que yo no la he entendido todavía pero pienso aprenderlo. Somos iguales podemos acoplarnos a cualquier forma de comunicarse, señas, movimiento, gestos, emociones”, dijo Javier Gómez, otro cliente de Gato Sordo.

Magdalena busca también empoderar a los jóvenes que han trabajado en Gato Sordo, que tenga visión de negocios y no se sientan limitados por su capacidad diferente para comunicarse con el mundo. Además de brindar talleres para personas que quieran aprender la lengua de señas.

Gato Sordo, más que un café

Autor: Xochitl Nava

Autor multimedia: Especial

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